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Azabache

Azabaches

Los romanos lo denominaban como “succinium nigrum” y la consideraban como una variedad del ámbar.
Su nombre actual procede del árabe “az-zabág” que derivó al castellano “azabaje” y posteriormente “azabache”. Desde el árabe pasó al gallego con el nombre de “acebiche” y “acibeche”, al aragonés con “azabaya”, al asturiano con «azebache» y al catalán como “átzabeja” y “açabais”.

HISTORIA

Parece que el uso del azabache ya era frecuente en el paleolítico superior. Egipcios, prerromanos, etruscos y cartagineses también utilizaban esta piedra con la que realizaban fundamentalmente adornos y abalorios, botones de trajes de ceremonias y fiestas, una joyería muy típica en la que se encontraban como piezas básicas los camafeos y tallas de pequeñas figuras y esculturas.

En la Edad de Piedra fue muy usado en centro Europa y especialmente en Alemania y Francia, de donde pasó a Inglaterra. En España se conserva una pieza única en un museo de Ibiza. En la civilización castreña del sur de Galicia se han encontrado abundantes piezas procedentes de los siglos IV a I a.C.

En Santiago de Compostela se desarrolló, desde los albores del siglo XI, una especial forma de labrar el azabache que desembocó en una típica joyería de plata que aún hoy perdura. El asentamiento de los artesanos que la trabajaban en un gremio (en 1410 aparece documentada la cofradía de azabacheros) y en un lugar determinado hizo nacer la Azabachería, calle fundamental por donde desde siempre entran los peregrinos para abrazar al Apóstol. Este gremio fue muy reconocido por el cumplimiento de estrictas normas de calidad, por la excelencia del material utilizado y por la maestría de su trabajo. Actualmente son muchos los artesanos que aún lo siguen trabajando.

Durante siglos, los papas prohibieron la venta y la bendición de piezas elaboradas con azabache fuera de Santiago de Compostela, por lo que su comercialización quedaba restringida a esta ciudad y más concretamente a esta calle. A este hecho se sumaron también las guerras, enfermedades y hambrunas habidas a partir del siglo XIII y las duras condiciones que encontraron los peregrinos en su viaje a Compostela, impuestas por las leyes y controles de Felipe II, lo que provocó que las peregrinaciones a la ciudad mermaran considerablemente y el uso del azabache disminuyese en gran medida.

Mientras en España el uso del azabache tenía razones mágicas, religiosas o sentimentales, en Inglaterra se le dio un sentido más frívolo, sobre todo a partir del siglo XVIII: era labrado utilizando los símbolos de siempre: la paloma, el nudo infinito, la serpiente, la mano extendida, las manos juntas, la serpiente, Cupido y las manos juntas, pero también en forma de botones, abalorios, elementos de ornamentación para los vestidos y la composición de joyería, especialmente para guardar luto. Al ser un material muy ligero, se hacían largos pendientes con piezas finamente talladas, que en ocasiones se combinaban con nácar.

Durante el siglo XIX, con la extracción de mineral en los acantilados de Yorkshire y Whitby, y su utilización como elemento para el luto se vio ampliamente impulsada. La reina Isabel I de Inglaterra volvió a ponerlo de moda ya que, después de enviudar usó, durante 40 años, ropajes adornados con elementos de azabache. En 1861 muere el príncipe Alberto: la corte de la reina Victoria obliga a un estricto protocolo de luto haciéndose indispensable, de esta forma, el uso del azabache.

En 1870 ya se contabilizaban en Inglaterra casi 1500 personas trabajando este mineral de una forma que recuerda el sistema de fabricación en serie. Torneadores, montadores de collares, pulidores, talladores, escultores, grabadores y joyeros eran algunos de los oficios en auge. Diez años más tarde los ingleses, aburridos de tanto luto, comienzan a abandonar el color negro, produciéndose con ello el declive en el uso del negro mineral.

Desde principios del siglo XX artesanos compostelanos, especialmente D. Enrique Mayer, vuelven a ponerlo de moda aplicándolo a su típica joyería de plata con azabache, en la que se respeta y al mismo tiempo actualiza los diseños tradicionales. Se comienza a mezclarlo tímidamente con coral y turquesa y se inicia la aplicación de pequeños adornos de oro al conjunto de plata. Los particulares diseños hace que muchos de los visitantes que acuden a Santiago de Compostela se lleven como recuerdo una de esas típicas piezas de joyería que tanta admiración despierta en otros lugares.

El amuleto tradicional en azabache, desde la época de los romanos, era la «higa» (o «figa», como se denominaba en gallego). con forma de puño cerrado con el dedo pulgar colocado entre el dedo índice y el dedo mayor. Existen documentos árabes que hablan de las figas de azabache que se le colgaban a los niños al cuello para librarlos del mal de ojo, algunas con forma de mano abierta. En el siglo XIII los reyes y nobles la utilizaban a diario, estando su uso totalmente prohibido a los moriscos. Santa Teresa decía que «le afligía que su confesor le obligara a utilizar la higa».

Actualmente se emplea muy poco.

ORIGEN

Es una roca sedimentaria. Variedad del lignito (carbón de piedra) muy compacta procedente de la carbonización de grandes plantas vegetales que han permanecido unos 60 millones de años a gran presión y sin contacto con el aire. Es un producto orgánico, carbón bituminoso que puede pulirse.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

Propiedades físicas del azabache

USOS

Se puede tallar y tornear perfectamente y al abrillantar se logra un brillo muy intenso. Debido a que se trabaja con facilidad y se pulimenta bien, ha sido empleada para efectuar objetos tallados, cuentas colgantes y joyería funeraria. Se utiliza muy poco en la joyería moderna

YACIMIENTOS

Hay yacimientos en varios países (Portugal, Italia, Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, Canadá, Estados Unidos y Venezuela), el más importante se encuentra en la costa de Yorkshire, en Inglaterra. En Asturias (España) existe uno de gran calidad. Parece ser que se explotan desde poco antes de Jesucristo, aunque parece ser que los mejores yacimientos asturianos de La Marina, Villaviciosa, Villaverde, Careñes y Oles, parecen agotados. El último minero, Tomás Noval, dejó la mina ya muy mayor y ahora solo esporádicos siguen arrancando con mucha dificultad los últimos pedazos de mineral. Resulta muy difícil encontrar ejemplares de mineral lo suficientemente grandes y puros como para hacer figuras de buena calidad . Encontramos más yacimientos de azabache en Teruel.

PROPIEDADES

Desde muy antiguo filósofos, científicos, médicos, magos y curanderos, como Aristóteles, Dioscórides, Plinio, Santo Tomás de Aquino y San Isidoro de Sevilla atribuían al azabache propiedades terapéuticas (cura las cataratas, las infecciones del ojo y de las muelas) y mágicas (entre las que destacan el señalar la presencia del demonio y la virginidad) prevenir contra el mal de ojo, las falsas alabanzas, las maldiciones y las malas lenguas y adivinar el futuro).

Joyería Plaor

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