Origen
La palabra otolito procede del griego oûs-otos, oreja, y lithos, piedra.
Los otolitos son estructuras alojadas en las cavidades auditivas de los peces, concretamente en el oído medio, que les permiten mantener el equilibrio y les brindan información acerca de la dirección y la velocidad a la que está nadando. Están constituidas por carbonato cálcico que a lo largo del tiempo se van depositando sobre una matriz de proteínas. Como se encuentran en estado embrionario, crecen y se desarrollan de manera conjunta con el pez, circunstancia que le convierte en un elemento con valiosa información sobre los eventos por los que ha pasado el ejemplar.
Los depósitos de carbonato de calcio se acumulan de manera periódica, formando una serie de anillas de apariencia concéntrica que representan cada estación de crecimiento de los peces (un año de vida). Así, se puede trazar una representación similar a la determinación de edades de los árboles realizando un corte transversal o longitudinal.
A parte de ser fundamentales para determinar la edad y crecimiento de los ejemplares, también puede aportar datos sobre cambio de hábitat, patrones migratorios y contaminación.
Su forma, tamaño y estructura son propias para cada especie. De hecho, el tamaño varía según el tipo de crecimiento corporal, puede ir desde el diámetro de una cabeza de alfiler hasta el de una tapa de gaseosa. Aquellos peces de crecimiento rápido, como el pejerrey, tienen otolitos pequeños, mientras que los de crecimiento lento, como la corvina, los poseen de tamaño grande.
La corvina (Argyrosomos regius) es un pescado blanco de agua salada. También llamado Andeja o Reig. Pertenece a la familia de los sciénidos, y es pariente de los corvallos y los verrugatos. Habita en profundidades que van de los 15 a los 300 m. de profundidad.
Cómo se extraen los otolitos de la corvina
PROPIEDADES Y USOS
Desde antiguo, este hueso de aspecto alabastrino atrajo la atención de los marineros, que solían guardarlo como algo muy preciado.
Según cuenta la leyenda, el mago Merlín le había regalado al Rey Arturo una piedra especial y mágica. Y le dijo que si actuaba mal, la piedra cambiaría de color. Actualmente, «la piedra mágica» forma parte de las joyas de la antigua corona inglesa.
Antiguamente, y de ello tenemos constancia, los otolitos de corvina eran transportados en bolsitas de tela o, incluso, sueltos en los bolsillos. Es considerado un amuleto, uno además de los más antiguos relacionados con el mar, pues se encuentran otolitos en cordones y cadenas en la mayor parte de excavaciones arqueológicas de la costa gaditana, donde surgieron las primeras pesquerías y la corvina se pescaba como un añadido del atún. Desde hace tres mil años hasta hoy se lleva la piedra de la corvina en la oreja o como colgante para quitar el dolor de cabeza y prevenir el reuma.
Hoy en día, podemos observar estas piezas en el escaparate de cualquier joyería en forma de colgante, pendientes o anillo.