Con el fin de conseguir el máximo color y brillo de cada piedra, éstas se tallan; se les practican caras planas, denominadas facetas; el resultado final es lo que conocemos como talla, siendo posible encontrar muchísimas formas de tallado. Para más información consultar esta entrada de nuestro blog.
La piedra debe ajustar dentro de la montura; ésta no es más que el soporte de metal preparado convenientemente para sostener las diversas piedras. La preparación de una buena montura está ligada a su engaste posterior, ya que un buen engastado parte siempre de un correcto ajuste de la piedra en la montura.
Es imposible describir todas las formas de engastar, así como los diferentes tipos de monturas; por lo que abordaremos unas cuantas así como los conceptos básicos de engastado, en posteriores entradas del blog.
Algunos de los tipos de engaste más representativos son los de grapas o garras, en carril, de bisel chatón o cabujón, con grano o invisibles y de tensión.
Antes de empezar la montura, es indispensable observar primero la piedra, estudiar sus propiedades físicas y su talla; a continuación se tomarán las medidas con un pie de rey o un micrómetro, prestando especial atención al proceso.
El concepto básico de cualquier engastado es bloquear su movimiento horizontal y vertical. El movimiento horizontal y hacia abajo se limita realizando lo que se denomina un asiento; el movimiento vertical hacia arriba se limita con el metal que es abocado encima de la piedra.